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Cristina
“...Medité en ese laberinto perdido: lo imaginé inviolado y perfecto en la cumbre secreta de una montaña, lo imaginé borrado por arrozales o debajo del agua, lo imaginé infinito, no ya de quioscos ochavados y de sendas que vuelven, sino de ríos y provincias y reinos... Pensé en un laberinto de laberintos, en un sinuoso laberinto creciente que abarca el pasado y el porvenir y que implicara de algún modo a los astros.” Jorge Luis Borges, Ficciones.

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Ensayo sobre la ceguera. Saramago


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Título: Ensayo sobre la ceguera
Autor: José Saramago

Editorial: Punto de lectura

Páginas: 375




Sinopsis:




Es el primer caso de una «ceguera blanca» que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.



Reseña:

Ciegos que deambulan, rodeados de suciedad y mugre que no son capaces de ver pero sí intuir. El instinto de supervivencia está latente en cada uno de ellos, la desesperación, la tristeza y el hambre se apoderan de cada rincón de su ser. Este es el escenario que nos brinda Saramago, un paisaje gris, nublado y sobretodo, confuso.




'Ensayo sobre la ceguera' no se trata de ningún ensayo, sino de una novela, el autor juega desde el título con el lector, la estructura es caótica: sin existencia de la enumeración de capítulos, tampoco títulos. Además, el diálogo también rompe con la forma tradicional ( guiones y personajes), se acumulan así, las palabras de los ciegos, incluso, carece de espacios entre párrafos.




La estructura, representa pues, una proyección de la propia experiencia de los personajes, que todos ellos carecen de nombre propio, sólo los conoceremos por rasgos generales como: el médico, el policía, la chica de la gafas oscuras, el niño... Saramago, representa así a una sociedad completamente ciega y anónima, en la cual,  el lector podría ser cualquiera de esos personajes. La ruptura con el individualismo es clara y contundente.



Sin duda, no debemos quedarnos en la superficialidad de la obra como una utopía más, será necesario recurrir a pasajes de la novela donde encontramos la clara intencionalidad de Saramago al hacer referencia a una ceguera metafísica:




“El miedo ciega, dijo la chica de las gafas oscuras, Son palabras ciertas, ya éramos ciegos en el momento en que perdimos la vista, el miedo nos cegó, el miedo nos mantendrá ciegos, Quién es el que está hablando, preguntó el médico, Un ciego, respondió la voz, sólo un ciego, eso es lo que hay aquí.”
             



                                                                 (...)




“ Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven.”


                                                                 (...)




“No comprendo, Has dicho que la vecina de abajo había sido una buena persona, Pobre mujer, Pobres tus padres, pobre tú, cuando os encontréis, ciegos de ojos, ciegos de sentimientos, porque los sentimientos con que hemos vivido y que nos hicieron vivir como éramos, nacieron de los ojos que teníamos, sin ojos serán diferentes los sentimientos, no sabemos cómo, no sabemos cuáles, tú dices que estamos muertos porque estamos ciegos.”




Ensayo sobre la ceguera encadena de manera intensa elementos antropológicos y filosóficos , ¿podríamos interpretar ésta ceguera como el propio mito de la Caverna de Platón? ¿Más allá de lo correcto y lo incorrecto? La política, la jerarquía, la sabiduría, el amor, el odio, lo salvaje, la literatura y la deshumanización se condensan en una obra original y desgarradora llena de luces y de sombras.


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