La muerte del comendador (Libro 1) Haruki Murakami

Título: La muerte del comendador
Autor: Haruki Murakami
Páginas:432
Editorial: Tusquets Editorial
Sinopsis:
En
plena crisis de pareja, un retratista de cierto prestigio abandona
Tokio en dirección al norte de Japón. Confuso, sumido en sus
recuerdos, deambula por el país hasta que, finalmente, un amigo le
ofrece instalarse en una pequeña casa aislada, rodeada de bosques,
que pertenece a su padre, un pintor famoso.
En suma, un lugar donde retirarse durante un tiempo. En esa casa de paredes vacías, tras oír extraños ruidos, el protagonista descubre en un desván lo que parece un cuadro, envuelto y con una etiqueta en la que se lee: «La muerte del comendador». Cuando se decida a desenvolverlo se abrirá ante él un extraño mundo donde la ópera Don Giovanni de Mozart, el encargo de un retrato, una tímida adolescente y, por supuesto, un comendador, sembrarán de incógnitas su vida, hasta hace poco anodina y rutinaria.
Este primer volumen de la novela La muerte del comendador es un fascinante laberinto donde lo cotidiano se ve invadido de señales indescifrables, de preguntas cuya respuesta todavía está lejos de vislumbrarse. El lector, al igual que el protagonista, deberá permanecer muy atento.
En suma, un lugar donde retirarse durante un tiempo. En esa casa de paredes vacías, tras oír extraños ruidos, el protagonista descubre en un desván lo que parece un cuadro, envuelto y con una etiqueta en la que se lee: «La muerte del comendador». Cuando se decida a desenvolverlo se abrirá ante él un extraño mundo donde la ópera Don Giovanni de Mozart, el encargo de un retrato, una tímida adolescente y, por supuesto, un comendador, sembrarán de incógnitas su vida, hasta hace poco anodina y rutinaria.
Este primer volumen de la novela La muerte del comendador es un fascinante laberinto donde lo cotidiano se ve invadido de señales indescifrables, de preguntas cuya respuesta todavía está lejos de vislumbrarse. El lector, al igual que el protagonista, deberá permanecer muy atento.
Reseña:
En los últimos años Murakami ha
estado muy presente debido al ya polémico premio nobel al que ha
estado nominado en varias ocasiones y que finalmente, nunca ha
recibido.
La muerte del comendador vuelve
a situar a Murakami en todas las librerías y en las listas de libros
más vendidos. Se trata de una novela ambiciosa, plagada de claras
influencias y un claro ejemplo de la madurez de su autor.
Si por algo se caracteriza este autor
japones es por la habilidad de unir el mundo mágico y onírico con
la cotidianidad . En La muerte del comendador también
está presente ese realismo mágico pero unido a una influencia clara
de autores clásicos japoneses como Kawabata, Soseki o Mishima.
El
protagonista, un anónimo pintor, después de una dura ruptura
matrimonial, se verá obligado al aislamiento, volviendo a las raíces
y al contacto con la naturaleza. La soledad llevará al pintor a una
serie de sucesos, siempre relacionado con el arte en todas sus
expresiones: la pintura, la música, la literatura... Estas nociones
artísticas con las que Murakami colorea toda la novela, son fuentes
reales, quizá la más destacable sea la ópera Don
Giovanni de Mozart.
La
obra está narrada en primera persona por el pintor, acercando al
lector a esa soledad plagadas de reflexiones y de paisajes naturales.
La sutileza de acercar la naturaleza a la esencia humana como si de
una peregrinación se tratase muestran claramente la tendencia
estética clásica japonesa.
Los
personaje se entrecruzan, nada será lo que parece y el misterio
envuelve a todos y cada uno de ellos, son impredecibles. Los diálogos
que los acompañan están perfectamente construidos, con un gran
ritmo y caracterizando a cada uno de los personajes.
Por
otra parte, si podemos reprochar algo a Murakami es la extensión
innecesaria de esta novela, pues se trata de la primera parte con 432
páginas y una segunda parte (aún sin publicar) que verá la luz en
2019 y que dispondrá de 496 páginas. Por tanto, una extensión de
casi 1000 páginas donde en esta primera parte no encontramos grandes
pensamientos de Murakami como sí leíamos en Kafka en la
orilla.
En
definitiva, La muerte del comendador
es una expresión de la madurez de Murakami, de la unión de lo
onírico y lo real, mezclado con todo el arte tradicional japonés
actualizándolo de una manera sorprendente. Aúna esa apertura a
Occidente que se produjo en el siglo XIX con la revolución Meiji y
la conservación de la esencia japonesa que tanto ansiaron los
autores de la época.
Especialmente recomiendo este libro a todos los lectores cercanos al
mundo pictórico, que se hayan enfrentado ante un papel en blanco y
que sean capaces de esperar a la segunda parte, ya que deja un final
totalmente abierto.
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